¿Un día o día uno?

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Los últimos 3 años he despertado a las cuatro y media de la mañana. Tomo un baño, me arreglo y empiezo el día con un tazón de fruta y un té. Mi rutina habitual consiste en dividir el día en dos: la primer mitad asisto a la universidad, la segunda, al trabajo. Cada día busco un momento para leer o desarrollar mi creatividad, aunque eso implique reducir mis horas de comida y descanso.

Mason Currey, escritor estadounidense, se ha dedicado a retratar la vida de las mentes más grandes de los últimos cuatrocientos años en su libro Rituales cotidianos: Cómo trabajan los artistas, abordando los más triviales detalles de su vida que implicaban encontrar tiempo para comer, dormir, ser creativos y además productivos, además de dar un enfoque distinto a su personalidad y carrera. “El artista como criatura de costumbres” (Currey, 2014).

 

Henri Matisse

(1869 – 1954)

«Básicamente, disfruto de todo: no me aburro jamás» (Matisse)

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Henri Matisse fue un pintor del cubismo y fauvismo de la primer mitad del siglo XX nacido en Francia. Colores vibrantes y estilo libre de pintura caracterizan a su obra. Buscaba revolucionar la manera en que la realidad era vista por el mundo occidental durante siglos, sustituyendo la conciencia subjetiva por una ilusión objetiva. Pero ¿cómo llegó a convertirse en este pintor de renombre?

De acuerdo con Currey, el espacio de trabajo de Matisse lo llenaba de inspiración, pues en él habían jaulas con aves exóticas, un invernadero de plantas tropicales, calabazas gigantes y estatuillas chinas.

«¿Entiende usted ahora por qué jamás me aburro? Durante más de cincuenta años he trabajado sin parar ni un instante. Desde las nueve hasta el mediodía, primera sesión. Almuerzo. Luego echo una siestecita y vuelvo a tomar mis pinceles de las dos de la tarde hasta la noche. Usted no me lo va a creer: Los domingos, tengo que inventar toda clase de cuentos para las modelos. Les prometo que será la última vez que les rogaré que vengan y posen ese día. Naturalmente les pago el doble. Finalmente, cuando siento que no están convencidas, les prometo un día libre durante la semana. ‘Pero, monsieur Matisse – me respondió una de ellas -, esto ya viene pasando desde hace meses y nunca he tenido una tarde libre’. ¡Pobrecillas! No comprenden. No obstante, no puedo sacrificar mis domingos por ellas solo porque tengan novio.» (Matisse 1941)

Maira Kalman

(1949)

«Pierdo tan solo el tiempo que necesito perder» (Kalman)

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Maira Kalman es una ilustradora Neoyorkina nacida en Tel Aviv. Escritora de libros para niños y colaboradora habitual de la revista The New Yorker.

Según Mason Currey, esta ilustradora, pintora y diseñadora se despierta a eso de las seis de la mañana, hace la cama y lee los obituarios. Sale a dar un paseo, desayuna, después se dirige a su estudio a trabajar. «No tengo teléfono, ni correo electrónico, ni comida ni nada que me distraiga en el estudio, tengo música y trabajo. Hay una tumbona por si necesito una siesta. Y al caer la tarde a menudo la necesito». Su rutina diaria continúa saliendo a visitar algún museo o caminar por Central Park. «Pierdo solo el tiempo que necesito perder, hay cosas que me ayudan a estar de ánimo para trabajar. Limpiar es una de ellas. Planchar es buenísimo. Dar un paseo siempre es inspirador. Como mi trabajo se basa a menudo en lo que veo, me agrada acumular y cambiar imágenes hasta el último momento» Sus jornadas de trabajo terminan a las seis de la tarde, jamás trabaja por las noches. (Currey 2013)

«Parecería una existencia tranquila, pero la tempestad es invisible». (Kalman)

Andy Warhol

(1928 – 1987)

«Observar a su querida rut (rutina) de entresemana era tan importante para Andy que solo se apartaba de ella cuando no tenía más remedio.»

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«¿Cómo puede decir un estilo es mejor que otro? Usted debe ser capaz de ser un expresionista abstracto semana siguiente, o de un artista pop, o un realista, sin sentir que ha renunciado a algo .. Creo que sería tan grande, para poder cambiar los estilos. Y creo que eso es lo que va a pasar, que va a ser toda la escena nueva «. (Hackett 1989)

Artista plástico estadounidense, inició sus estudios de arte en el Instituto Carnegie de Tecnología, entre 1945 y 1949.

El ilustrador comercial más exitoso y muy bien pagado en Nueva York, incluso antes de empezar a hacer arte que se presentaba en galerías. Sin embargo, sus imágenes serigrafiadas de Marilyn Monroe, latas de sopa, e historias de periódicos sensacionalistas, se convirtió rápidamente en sinónimo de Pop Art.

De acuerdo con Currey, todas las mañanas, Warhol telefoneaba a su viejo amigo Pat Hackett y le contaba los sucesos de las veinticuatro horas anteriores: la gente que había visto, el dinero que había gastado, los chismes que había oído y las fiestas a las que había asistido. Todo esto registrado en un diario que se convirtió en algo más: el retrato íntimo de un artista raras veces proclive a la intimidad. Publicado en 1989 en donde describía sus rutinas del día:

«Observar a su querida rut (rutina) de entresemana era tan importante para Andy que solo se apartaba de ella cuando no tenía más remedio. Después de hacer ‘el diario’ conmigo por teléfono, hacía o recibía unas pocas llamadas, se duchaba, se vestía y llevaba a sus adorados dachshunds Archie y Amos en ascensor desde el tercer piso de su casa donde estaba su cuarto, hasta la cocina del sótano donde desayunaba con sus dos amas de llaves filipinas. Salía a hacer compras a lo largo de Madison Avenue, repartía revistas Interview en comercios (con esperanza de que decidieran anunciarse los dueños en ella) y para sus admiradores que lo detenían en la calle.

Después pasaba unas horas en la recepción de su oficina abriendo correspondencia y bebiendo zumo de zanahoria para más tarde pasar a su área de trabajo en la parte trasera del loft, cerca del elevador de carga, y allí pintaba, dibujaba, recortaba, manipulaba imágenes, etc, hasta que al final del día se sentaba con Vincent (director administrativo de su negocio), pagaba las cuentas y hablaba por teléfono con sus amigos, precisando el itinerario de la noche.

Regresando a casa pasada la hora del tráfico que era entre las 6 y las 7, con una cámara instantánea se pasaba grabando a la gente y a sus amigos al azar, aunque para finales de los 70 los grababa solamente por si le parecía que podría usar los diálogos para el guión de una obra de teatro o película.» (Currey 2013)

Le Corbusier

(1887 – 1965)

«Prefiero dibujar que hablar, dibujar es más rápido y deja menos oportunidad para decir mentiras» (Le Corbusier)

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Arquitecto francés de origen suizo que fue, junto a Walter Gropius, el principal protagonista del renacimiento arquitectónico internacional del siglo XX.

De acuerdo con el texto, Le Corbusier mantuvo a lo largo de toda su vida profesional un horario rígido, pero nada riguroso. Tras despertarse a las seis de la mañana, hacía cuarenta y cinco minutos de ejercicios calisténicos. Luego servía a su esposa café matutino y a las ocho, ambos desayunaban juntos. Le Corbusier dedicaba el resto de la mañana a pintar, dibujar y escribir. Esta era la parte más creativa de su día, y aún cuando dedicaba horas a cuadros que no guardaban ninguna relación con sus proyectos arquitectónicos, y que no enseñaba a nadie más que a su esposa, atribuía el éxito profesional a esas mañanas privadas de contemplación artística.

«El proceso de regresar a casa era sumamente revelador del carácter de Le Corbusier. Si el trabajo marchaba bien, si le gustaban sus propios bocetos y estaba seguro de lo que se proponía a hacer, entonces se olvidaba de la hora y podía llegar tarde a la cena en su casa. Si no, se ponía nervioso. Jugueteaba con su reloj de pulsera – que lucía diminuto y extrañamente femenino en su muñeca – y finalmente rezongaba: «C’est difficile, l’architecture». tiraba el lápiz o el carboncillo sobre el dibujo, y se escabullía, como apenado de dejar el proyecto y a mí, – a nosotros – en un aprieto.» (Currey 2013)

Pablo Picasso

(1881 – 1973)

«La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando.» (Picasso)

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«Tras una infancia de refinamiento raído y las privaciones de su primera época en París, Picasso deseaba un estilo de vida que le permitiese trabajar en paz sin preocupaciones materiales: ‘como un pobre – decía – pero con muchísimo dinero». (John Richardson)

Mason Currey escribe acerca de Pablo Picasso: se acostó tarde y se levantó tarde durante toda su vida. En el boulevard de Clichy se encerraba en el estudio a las dos de la tarde y trabajaba por lo menos hasta la caída del sol. Mientras tanto, Fernande, su novia de hacía siete años, se quedaba sola sin nada que hacer esperando que Picasso terminara su trabajo y se reuniera con ella para cenar. Cuando finalmente salía de su estudio, no resultaba una compañía muy grata.

Se esforzaba por ser sociable si había invitados presentes. Tenía sentimientos encontrados respecto a ser anfitrión: le gustaba que lo distrajeran entre periodos intensos de trabajo, pero también detestaba el exceso de distracciones. «El artista oscilaba entre el mar humor huraño y la sociabilidad.» (Currey 2013)

«De pintar, jamás se aburrió ni se cansó. Picasso afirmaba que incluso luego de estarse tres o cuatro horas parado frente a un lienzo, no sentía la menor fatiga. -Por eso los pintores vivimos tanto- decía -. Mientras trabajo dejo mi cuerpo a la entrada, del mismo modo que los musulmanes se quitan los zapatos antes de entrar a la mezquita.» (Richardson)

Joan Miró

(1893 – 1983)

«Nunca sueño cuando duermo, sino cuando estoy despierto.» (Joan Miró)

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Pintor y escultor español, uno de los máximos representantes del surrealismo, quien busca fervientemente exponer su interés en el subconsciente.

De acuerdo con el libro Rituales Cotidianos, era sabido que Miró mantuvo una rutina diaria inexorable por dos razones: odiaba ser interrumpido y temía caer en depresión como lo hizo en su adolescencia, antes de descubrir la pintura. Y según Luis Permanyer en Miró: la biografía de una pasión, su rutina consistía en:

«A las seis se levantaba, se lavaba y desayunaba café y unas pocas rebanadas de pan; a las siete se metía en su estudio y trabajaba sin parar hasta las doce, hora en que paraba para hacer una hora de ejercicios fuertes como boxear o correr. A la una tomaba un almuerzo bien preparado, terminando con un café y tres cigarrillos. Después practicaba su ‘yoga mediterráneo’, una siesta pero solo de cinco minutos y a eso de las tres regresaba a su estudio de donde no salía hasta las ocho, y al final, leía un rato o escuchaba música.»

Al Hirschfeld

(1903 – 2003)

«Muy a menudo, cuando tiene un encargo difícil, no puede dormir hasta haber resuelto el problema artístico, o sueña con distintos modos de diseñar algo, ¡esto es lo que llamo un hombre trabajador!.» (Dolly Haas, segunda esposa de Al Hirschfeld, 1999)

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El hombre que retrató en tinta negra a todas las grandes estrellas del cine clásico: Albert Hirschfeld. Caricaturista que comenzó en el New York Herlad Tribune y, poco después, en The New York Times. Su trabajo consistió en inmortalizar a todas las grandes estrellas de Broadway y Hollywood.

De acuerdo con el autor (Currey), Al continuó trabajando hasta su muerte, y comenta acerca de Mel Gusow quien se encargó de describir los hábitos de Hirschfeld como artista nonagenario:

«Con más de noventa años, sigue con su rutina diaria, trabajando todo el día en su estudio, haciendo solo una pausa para almorzar y otra para tomar el té en su mesa de trabajo. Salvo por el teléfono, permanece aislado y rara vez interrumpe su régimen para salir a comer o visitar un museo. Las noches las reserva para ir al teatro y hacer vida social. Después de ir al teatro, si no va a la celebración de algún estreno, está en casa a tiempo para ver las noticias y Nightline en el televisor. Después lee desde la medianoche hasta las dos, preferentemente filosofía, volviendo a menudo a Thoreau o Bertrand Russell.» (Gusow 1999)

Además, Mason retrata la opinión de la esposa de Albert: «Muy a menudo, cuando tiene un encargo difícil, no puede dormir hasta haber resuelto el problema artístico, o sueña con distintos modos de diseñar su dibujo. ¡Eso es lo que yo llamo un hombre trabajador! ni siquiera su subconsciente le deja tiempo libre. A la mañana siguiente, recordando aquel sueño, se levanta con el sol y corre a su mesa de dibujo para anotar todas aquellas ideas nocturnas.» (Haas 1999)

Willem de Kooning

(1904 – 1997)

«Hago imágenes, alguien viene y las llama arte.» (De Kooning)

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Pintor holandés con nacionalidad estadounidense. Exponente del expresionismo abstracto, action painting o pintura gestual después de la Segunda Guerra Mundial.

De acuerdo con el autor Mason Currey, la rutina de De Kooning era la siguiente: Le costaba trabajo despertarse temprano, generalmente a las diez u once de la mañana. Empezaba su día bebiendo café cargado y pintaba todo el día y parte de la noche, solamente con pausas para cenar y atender a algún visitante. Muchas veces le costaba trabajo dormir, así que pasaba la noche caminando en las calles de Manhattan y esta rutina no cambió mucho cuando se casó con Elaine Fried en 1942. El autor cita a Mark Stevens, quien dice que:

«La pareja se levantaba tarde. El desayuno consistía en un café muy fuerte cortado con leche que guardaban en la repisa de la ventana en invierno. No tenían refrigerador. Entonces comenzaban la rutina del día, en la que De Kooning se trasladaba a un extremo del estudio y Elaine al otro. Ambos permanecían ante sus caballetes hasta tarde. Sin embargo, a veces De Kooning detestaba tener que parar de trabajar, así que empezaba otra vez después de la cena y no descansaba sino hasta la última hora de la noche, dejando a Elaine ir a alguna fiesta o concierto.» (Stevens)

Vincent Van Gogh

(1853 – 1890)

«¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?» (Van Gogh)

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El autor Currey cita a Van Gogh en su libro, de una carta que le escribió a su hermano Theo:

«Hoy he vuelto a trabajar desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde sin moverme salvo para comer algo a uno o dos pasos de distancia – No tengo ni pizca de fatiga, voy a hacer otro cuadro esta misma noche y lo conseguiré.» (Van Gogh 1888)

Al parecer esto era típico del artista cuando la inspiración se apoderaba de su mente y cuerpo. «un frenesí mudo de trabajo».

A lo que Theo escribió: «Nos pasamos los días trabajando, trabajando todo el tiempo, por la noche estamos molidos y nos vamos al café, y después de eso, ¡a la cama temprano! Así es nuestra vida.» (Theo 1888)

Jackson Pollock

(1912 – 1953)

«La pintura es el auto-descubrimiento. Cada buen artista pinta lo que es.» (Pollock)

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De acuerdo con el texto de Currey, Pollock y su esposa (que también era pintora, Lee Kranser) se fueron a NY instalándose en una pequeña aldea al este de long Island llamada Springs. Durante los años que vivieron ahí, fueron probablemente los más felices y productivos de su vida, pues fue en esta etapa en donde desarrolló su famosa técnica de chorrear pintura.

«Tengo bastante superado el viejo hábito de la calle Ocho de dormir todo el día y trabajar toda la noche» (Pollock 1950)

Por lo general, su esposa despertaba unas horas antes para limpiar la casa, atender el jardín y tal vez trabajar un poco en sus propios cuadros, mientras que Pollock dormía. Cuando daba la una de la tarde, Pollock bajaba a desayunar para después retirarse a su estudio, que se encontraba montado en el granero. Ahí permanecía hasta las cinco o seis de la tarde y luego salía a dar una vuelta con su esposa.

 


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A propósito del maravilloso libro y el interés en el arte que este blog propone, podemos poner en palabras la complejidad de la variada gama de rituales que los artistas (en su mayoría) tienen. Aunque el objetivo de esta sección es darse una idea para organizar una vida más creativa… o todo lo contrario, podemos generar conocimiento preciso de este enorme mar de información:

  1. Los pintores de tendencia bohemia pueden aprovechar su aguda inspiración por las noches y madrugadas.
  2. La mayoría mantienen una estrecha relación con los dos mayores estimulantes: <<cigarro y café>>
  3. Los paseos han sido fundamentales en esta actividad, pues se considera que purifica la psique y activa la mente para generar nuevas ideas y distraerse.
  4. La disciplina, o más bien constancia, es el elemento fundamental para la creación de nuevas obras.
  5. La comida se vuelve secundaria. El alimento que los mantiene satisfechos es la creación.

 

Así que,

«No tengas miedo a la perfección, nunca la alcanzarás»

(Salvador Dalí)

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